No tenemos de que gloriarnos en nosotros mismos, pues toda dadiva y todo don perfecto proviene de lo alto dice la Biblia, así que Dios no quiere que tengamos arrogancia, el aborrece la arrogancia.
Dios hace las cosas por amor a su nombre, no hay merito en nosotros para merecerlo.
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la extraordinaria grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros. 2 Corintios 4:6-7.
Dante Gebel – Pequeño siervo de un gran Dios
