Regocíjense y alégrense en ti todos los que te buscan; que digan continuamente: ¡Engrandecido sea el
SEÑOR! los que aman tu salvación.
Por cuanto yo estoy afligido y necesitado, el Señor me tiene en cuenta. Tú eres mi socorro y mi libertador; Dios mío, no te tardes.
Salmo 40:16-17.