Tú, pues, hijo mÃo, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.
Lo que has oÃdo de mà ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.
Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.
Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
2 Timoteo 2:1-4.