Porque así dice el SEÑOR: He aquí, yo extiendo hacia ella paz como un río, y la gloria de las naciones como torrente desbordado; y mamaréis, seréis llevados sobre la cadera y acariciados sobre las rodillas.
Como uno a quien consuela su madre, así os consolaré yo; en Jerusalén seréis consolados.
Isaias 66:12-13.