Princesas Magicas – Jesús Adrian Romero
He aquí, don del SEÑOR son los hijos; y recompensa es el fruto del vientre.
Como flechas en la mano del guerrero, así son los hijos tenidos en la juventud.
Bienaventurado el hombre que de ellos tiene llena su aljaba; no será avergonzado cuando hable con sus enemigos en la puerta.
Salmo 127:3-5.