Entonces el SEÑOR Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y éste se durmió; y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar.
Y de la costilla que el SEÑOR Dios había tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre.
Y el hombre dijo: Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella será llamada mujer, porque del hombre fue tomada.
Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Genesis 2:21-24.