Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el EspÃritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
y por mÃ, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,
por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.
Efesios 6:18-20.