A ti, oh Jehová, clamaré, Y al Señor suplicaré. ¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad? Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mÃ; Jehová, sé tú mi ayudador. Has cambiado mi lamento en baile; Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegrÃa. Por tanto, a ti cantaré, gloria mÃa, y no estaré callado. Jehová Dios mÃo, te alabaré para siempre. Salmo 30:8-12.
