Considera y respóndeme, oh SEÑOR, Dios mío; ilumina mis ojos, no sea que duerma el sueño de la muerte; no sea que mi enemigo diga: Lo he vencido; y mis adversarios se regocijen cuando yo sea sacudido. Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se regocijará en tu salvación. Salmo 13:3-5.
