Avivamiento en lo intimo – Pastor Luis Bravo – Avivate 2024
El relato de la visita de Jesús a María y Marta en Betania, narrado en el evangelio de Lucas 10:38-42, es una poderosa historia que revela la esencia de lo que significa un verdadero avivamiento en lo íntimo. A través de este breve pasaje, Jesús nos muestra cómo nuestras prioridades y nuestra relación con Él deben transformarse si deseamos experimentar una renovación espiritual profunda.
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El Encuentro en Betania: Dos Actitudes, Dos Corazones
En esta escena, Jesús llega a la casa de Marta y su hermana María. Mientras Marta se afana en los quehaceres y las preparaciones necesarias para recibir al Maestro, María elige sentarse a los pies de Jesús, escuchando sus enseñanzas con atención. La tensión surge cuando Marta, abrumada por sus responsabilidades, le pide a Jesús que reprenda a su hermana por no ayudarle.
Jesús, con amor y sabiduría, responde: «Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, la cual no le será quitada» (Lucas 10:41-42).
Este pasaje nos muestra dos posturas muy diferentes hacia la vida espiritual. Marta representa una vida ocupada por lo externo, llena de actividades, pero muchas veces vacía de comunión profunda con Dios. María, por otro lado, refleja una actitud de quietud y devoción, un anhelo de estar en la presencia de Jesús, escuchando Su voz. Estas dos actitudes también reflejan cómo muchos creyentes viven su fe hoy en día.
Avivamiento en lo Íntimo: El Ejemplo de María
Un avivamiento en lo íntimo, como el que María experimentó, no se trata simplemente de estar involucrado en actividades espirituales o religiosas, sino de una relación personal y profunda con Dios. María nos enseña que el avivamiento comienza en el corazón, en el lugar secreto donde escuchamos y respondemos a la voz de Dios.
- Priorizar la Presencia de Dios: María decidió que nada era más importante que estar con Jesús. En un mundo lleno de distracciones, debemos aprender a hacer de la presencia de Dios nuestra prioridad. Esto significa apartar tiempo para orar, meditar en la Palabra y simplemente estar a los pies de Jesús, escuchando lo que Él quiere decirnos.
- Cultivar la Intimidad en lo Oculto: El verdadero avivamiento no comienza en grandes eventos o manifestaciones públicas, sino en el corazón. Como en la historia de María, el avivamiento en lo íntimo implica que cultivemos una relación profunda con Dios en lo oculto, lejos del ruido y de las multitudes.
- Reconocer lo Realmente Importante: Jesús le dice a Marta que sólo una cosa es necesaria. En un mundo donde se nos exige hacer muchas cosas al mismo tiempo, debemos aprender a discernir lo que realmente importa. El avivamiento espiritual comienza cuando reconocemos que estar con Dios es lo esencial, lo que verdaderamente transforma nuestras vidas.
Marta: Un Corazón Distraído
Por otro lado, Marta no estaba haciendo algo malo en sí. Servir a Jesús y cuidar de los detalles era una expresión legítima de amor. Sin embargo, su preocupación y ansiedad revelan algo más profundo: una distracción que la alejaba de la verdadera comunión con el Maestro. Esto nos enseña que el activismo, aunque necesario, nunca debe reemplazar la intimidad con Dios. El peligro para muchos creyentes es caer en la trampa de hacer cosas para Dios sin realmente estar con Él.
Jesús no estaba reprimiendo el servicio, sino la preocupación y el afán que impedían a Marta disfrutar de Su presencia. El avivamiento en lo íntimo nos llama a equilibrar el servicio con la adoración y la comunión, recordándonos que, sin conexión con Dios, nuestras obras carecen de poder y sentido.
Conclusión: El Llamado al Avivamiento en lo Íntimo
La historia de María y Marta es una invitación a examinar nuestras vidas y priorizar nuestra relación con Dios. Un avivamiento en lo íntimo no es algo que pueda ser producido por el hombre; es una obra del Espíritu Santo en lo profundo de nuestro ser. Como María, estamos llamados a sentarnos a los pies de Jesús, permitiendo que Su Palabra transforme nuestras vidas desde adentro.
El avivamiento en lo íntimo es un recordatorio de que, aunque las responsabilidades de la vida son muchas, lo más importante siempre será estar en la presencia de Dios. De ahí brotará el fruto del Espíritu, y desde ese lugar de comunión verdadera, podremos impactar el mundo con Su amor y poder.
Jesús nos invita a dejar de afanarnos como Marta y a elegir, como María, la mejor parte: Él mismo.