Los planes de Dios nunca serán frustrados – Andrés Corson
En 1 Tesalonicenses 2:18 Pablo dice: “Teníamos muchas ganas de visitarlos de nuevo, y yo, Pablo, lo intenté una y otra vez, pero Satanás nos lo impidió”. ¿Puede Satanás impedir que los planes de Dios se realicen?
Con Dios no hay fórmulas ni patrones. A veces Él pelea por nosotros, otras veces no. A veces Él lo hace todo y otras veces nos toca a nosotros. A veces es por gracia y otras veces fruto de nuestro esfuerzo. Pablo, por ejemplo, decidió no entender a Dios sino confiar en él.
En Mateo 6 el Señor nos muestra que la mayoría de nosotros confundimos los planes de Dios con nuestros deseos personales. “Busquen primero el reino de Dios y su justicia y entonces todo lo demás les será añadido”, Mateo 6:33.
Para no frustrarnos cuando las cosas no salen como queremos necesitamos aprender a diferenciar los planes de Dios de nuestros deseos personales.
• Los planes de Dios tienen que ver con establecer su reino en la tierra.
• Nuestros deseos personales tienen que ver con las cosas que Dios prometió como añadidura si establecemos su reino en la tierra: nuestro bienestar, felicidad, éxito, realización personal, el cumplimiento de nuestros sueños, que seamos famosos, nuestra salud, descanso, y mi familia.
La buena noticia es que, aunque tengamos que ir por el camino largo, al final Dios nos va a dar la tierra. El Salmo 33:10-11 dice: “El Señor frustra los planes de las naciones y hace fracasar todas sus intrigas. Pero los planes del Señor se mantienen firmes para siempre; sus propósitos nunca serán frustrados”
Con seguridad, vamos a tener lo que Dios nos ha prometido, vamos a poseer la tierra, vamos a ser felices, vamos a tener bienestar, los sueños de nuestros hijos se van a realizar, la oración de nuestra esposa se va a cumplir, pero que no se nos olvide que ese no es el propósito principal, es la añadidura.
Con Dios no se trata de llegar rápido a la meta sino llegar, no se trata de entrar rápido a la tierra prometida sino de entrar, no se trata de que la voluntad de Dios se haga rápido sino de hacerla.