Sin bandera
Si imaginaras que tu vida fuera una barca ¿cuál sería la bandera que te identificaría? Para algunos puede ser el temor, el abuso, una adicción escondida, la falta de estima, la mediocridad, o el éxito mal entendido…
Todas esas banderas impiden que logres vivir la sobrenaturalidad del Creador, pero nunca estás muy viejo ni muy joven para emprender el camino del Señor. No cargues una bandera de divorciada, alcohólico, solterón, abusador, inválido.
Recuerda que tú puedes cambiar; tira todas las banderas negativas de tu barca y navega sin bandera: sin miedos, sin frustraciones y sin limitaciones, para que puedas llegar a ser lo que el Señor quiere que seas.