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No Retrocedas – Apóstol German Ponce

No Retrocedas – Apóstol German Ponce

Heb 10:37 PORQUE DENTRO DE MUY POCO TIEMPO, EL QUE HA DE VENIR VENDRA Y NO TARDARA.
Heb 10:38 MAS MI JUSTO VIVIRA POR LA FE; Y SI RETROCEDE, MI ALMA NO SE COMPLACERA EN EL.
Heb 10:39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma.

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Luc 9:61 También otro dijo: Te seguiré, Señor; pero primero permíteme despedirme de los de mi casa.
Luc 9:62 Pero Jesús le dijo: Nadie, que después de poner la mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de Dios.

Qué es Retroceder:

La palabra retroceder significa ir o volver hacia atrás en el tiempo o en el espacio, es una forma de regresar hacia un punto del tiempo o del espacio en el que ya se encontraba. El vocablo retroceder proviene del latín “retrocedere” el cual está conformado por el prefijo “retro”, que significa “atrás” y el verbo “ceder” que traduce “caminar”, lo que hace que la palabra compuesta tenga una traducción literal de caminar hacia atrás, es decir retroceder o volver a atrás.

Abandonar una acción que se ha empezado o un plan o proyecto que se tiene ante la presencia de un obstáculo o un peligro.

Gén 19:26 Pero la mujer de Lot, que iba tras él, miró hacia atrás y se convirtió en una columna de sal.

 

No Retroceder: Firmeza en la Fe según la Biblia

La Biblia nos exhorta en múltiples ocasiones a mantenernos firmes en nuestra fe y a no retroceder, especialmente en medio de las pruebas y desafíos de la vida. Este llamado a la perseverancia es un tema recurrente en las Escrituras, y nos recuerda que nuestra confianza en Dios debe ser inquebrantable, sin importar las circunstancias.

Uno de los pasajes más contundentes sobre este tema se encuentra en Hebreos 10:38-39, donde se cita al profeta Habacuc: «Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma». Este versículo nos muestra que retroceder en la fe no es una opción para aquellos que han decidido seguir a Cristo. La fe es el fundamento de nuestra relación con Dios, y abandonarla significa alejarnos de Su voluntad y propósito para nuestras vidas.

Jesús también nos advierte sobre la importancia de perseverar hasta el fin. En Lucas 9:62, Él dice: «Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios». Esta analogía nos enseña que, una vez que hemos decidido seguir a Cristo, no hay espacio para la duda o el retroceso. Mirar hacia atrás puede ser una señal de que nuestro corazón no está completamente comprometido con el Señor.

En el Antiguo Testamento, encontramos un ejemplo claro de las consecuencias de retroceder en la historia del pueblo de Israel. Cuando los espías regresaron de explorar la tierra prometida, diez de ellos dieron un informe negativo que llenó de temor al pueblo, llevándolos a querer retroceder y regresar a Egipto (Números 13-14). Esta falta de fe les costó cuarenta años de vagar por el desierto y les impidió entrar en la tierra que Dios les había prometido. Este relato nos enseña que retroceder por miedo o incredulidad puede tener consecuencias graves.

Sin embargo, la Biblia también nos ofrece esperanza y fortaleza para no retroceder. En Filipenses 1:6, Pablo nos recuerda: «Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo». Dios es fiel, y Él nos sostendrá en nuestra caminata de fe. No estamos solos en esta lucha; el Espíritu Santo nos fortalece y nos guía cada día.

Además, en 1 Corintios 15:58, se nos anima: «Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano». Esta promesa nos motiva a perseverar, sabiendo que nuestra fidelidad tiene un propósito eterno.

En resumen, la Biblia nos llama a no retroceder, sino a mantenernos firmes en la fe, confiando en que Dios es fiel y que Él nos sostendrá hasta el final. Retroceder no es una opción para aquellos que han sido llamados a vivir en la luz de Su verdad. Como dice 2 Timoteo 1:7: «Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio». Con Su ayuda, podemos avanzar con valentía y confianza, sabiendo que Él está con nosotros en cada paso del camino.

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