Hay personas que deciden escapar y no enfrentar un modo de vida; son fugitivos que nunca terminan de instalarse en un sitio, que no echan raíces y no tienen un hogar.
Pero mantener un territorio es fundamental para lograr llegar a destino y no ser aquello de lo que huimos.
Escapar nunca es la solución de un problema, el vivir huyendo hace que tu vida termine siendo como una hoja a merced del viento y siempre te sentirás víctima de las circunstancias.
Hay que enfrentar la vida con fe, hay que defender nuestro campo de lentejas como hizo Sama.
No huyas, deja el pasado atrás y pelea por el futuro; lucha por lo que es tuyo.
Necesitas decidir por quién estás dispuesto a morir, para encontrar una razón por la cual vale la pena vivir.