Dante Gebel – Irreversible
El cristianismo no se ha edificado sobre el fundamento de una filosofía, o un código de ética o un puñado de doctrinas; la base de nuestra fe, es la tumba vacía. Jesucristo murió por nuestros pecados en la cruz y al tercer día volvió a la casa del Padre, dejándonos una promesa de vida eterna.
Jesús dijo: «El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en Él». Seguir los caminos del Señor inserta una coma en nuestra historia, inclusive en el final ‘irreversible’ de la muerte, porque nuestro hogar permanente no está aquí en esta tierra… está donde está Dios.

Mat 28:1 Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro.
Mat 28:2 Y he aquí, se produjo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendiendo del cielo, y acercándose, removió la piedra y se sentó sobre ella.
Mat 28:3 Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura blanca como la nieve;
Mat 28:4 y de miedo a él los guardias temblaron y se quedaron como muertos.
Mat 28:5 Y hablando el ángel, dijo a las mujeres: Vosotras, no temáis; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.
Mat 28:6 No está aquí, porque ha resucitado, tal como dijo. Venid, ved el lugar donde yacía.
Mat 28:7 E id pronto, y decid a sus discípulos que El ha resucitado de entre los muertos; y he aquí, El va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.
Mat 28:8 Y ellas, alejándose a toda prisa del sepulcro con temor y gran gozo, corrieron a dar las noticias a sus discípulos.
Mat 28:9 Y he aquí que Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies y le adoraron.
Mat 28:10 Entonces Jesús les dijo*: No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán.