Las armas de nuestra milicia no son carnales – Luis Bravo
Introducción:
En su segunda carta a los Corintios, el apóstol Pablo aborda temas relevantes para la vida cristiana, incluyendo la importancia de enfrentar las fortalezas y las batallas espirituales. En el versículo 4 del capítulo 10, encontramos una declaración poderosa: «Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas». En este artículo, exploraremos el significado y la aplicabilidad de este versículo, y cómo podemos aplicarlo en nuestra vida para superar los obstáculos y las fortalezas en nuestra vida espiritual.
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Contexto:
En este pasaje, Pablo está confrontando a aquellos que cuestionaban su autoridad apostólica y su mensaje. Él les recuerda a los corintios que el combate en el que están involucrados no es una lucha física, sino una batalla espiritual. Pablo enfatiza que nuestras armas no son carnales, es decir, no son armas humanas o basadas en el poder terrenal, sino que son poderosas en Dios. Estas armas espirituales tienen el poder de derribar fortalezas, que representan los obstáculos y las influencias malignas que nos alejan de una relación íntima con Dios.
Las armas poderosas en Dios:
A diferencia de las armas carnales que dependen de la fuerza humana, las armas espirituales que Dios nos ha dado son poderosas. Estas armas incluyen la oración, la Palabra de Dios, el Espíritu Santo, el amor, el perdón y la fe. La oración nos conecta directamente con Dios y nos permite buscar Su dirección y Su poder en la batalla. La Palabra de Dios es una espada afilada que nos guía, nos instruye y nos fortalece. El Espíritu Santo nos capacita y nos da discernimiento para enfrentar las fortalezas y vencerlas. El amor y el perdón rompen las cadenas del odio y la amargura, y la fe nos permite confiar en el poder y la fidelidad de Dios.
Conclusión:
El versículo 4 de 2 Corintios 10 nos recuerda que en la batalla espiritual no estamos solos y que contamos con armas poderosas en Dios. No importa cuán grandes o persistentes sean las fortalezas que enfrentamos, podemos confiar en el poder y la provisión de Dios para derribarlas. A través de la oración, la Palabra de Dios, el Espíritu Santo y el amor de Cristo, podemos experimentar una vida de libertad, victoria y plenitud en nuestra relación con Dios. Que este versículo nos inspire a buscar y utilizar las armas espirituales que Dios nos ha dado, y a confiar en Su poder para derribar las fortalezas y caminar en la plenitud de Su propósito y plan para nuestras vidas.
Versículos Bíblicos:
2Co 10:3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;
2Co 10:4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
2Co 10:5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo
Efe 6:10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Efe 6:11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Efe 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Efe 6:13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Rom 8:37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Rom 8:38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
Rom 8:39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.